sábado, diciembre 09, 2006

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FAHRENHEIT 451

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Los Guardianes de la Felicidad

Allá por 1966, un hombre con una infancia difícil y una juventud todavía más truculenta llamado François Truffaut realiza su quinta película, tras haber realizado obras maestras tales como "Jules et Jim" o "Los cuatrocientos golpes"; dicha película no es otra que la impresionante "Fahrenheit 451". Debemos incluirlo dentro de la Nouvelle Vague francesa (a pesar de que se desligara de ella), ya que se usa este concepto para designar a los jóvenes directores que realizaron su primer largometraje entre 1958 y 1960. La mayoría de ellos procedían de la revista "Cahiers du Cinèma".
Esta película se divide en tres partes, la primera de ellas tiene por título "Era estupendo quemar". En ella nos presentan a Guy Montag, un bombero que trabaja para una de las brigadas de su ciudad. Lo curioso es que su misión no es apagar los incendios, sino provocarlos. Se dedican a quemar casas enteras con sus lanzallamas y todas ellas tienen algo en común: sus propietarios guardaban libros en su interior. A 451 grados en la escala Fahrenheit es a la temperatura a la que el papel de los libros arde. Guy nos resume muy bien sus pensamientos diciendo: "Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiados".

En la sociedad que se nos presenta está prohibido leer, está prohibido pensar y hay que ser feliz a toda costa. Esta felicidad se proporciona gracias a los medios audiovisuales; todas las casas poseen docenas de pantallas gigantes de televisión que les "comen el tarro". Desde allí se les inculca todo lo que deben pensar y cómo comportarse. Los suicidios no pueden ser reconocidos como tales en este mundo de felicidad y son catalogados como "descuidos".
En cierta ocasión, nuestro protagonista es partícipe de la quema de una anciana que se niega a separarse de sus libros. Montag se pregunta, por fin, qué será lo que contienen los libros para estar tan radicalmente censurados. La curiosidad le puede y coge uno de los libros de la pila. No voy a desvelar el final, pero es un debate moral sumamente interesante. Aquí el protagonista se debate entre aquellas teorías que afirman que la filosofía sólo lleva a la tristeza, que el hombre cuando reflexiona se siente pequeño y solitario, y la curiosidad que tiene por saber qué lleva a una persona a morir por el contenido de un libro.

Esta película recuerda enormemente al "Mundo feliz" de Huxley, ofreciendo una excelente reflexión acerca de si esos "Guardianes de la Felicidad" han existido y siguen existiendo verdaderamente. Yo, por mi parte, estoy convencida de ello.

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8 Comments:

Blogger Donnie said...

Hummm el libro me fascinó, me lo leí en una tarde, me pareció muy cruel y su temática no deja todavía de sorprenderme hoy...

La película me parece bastante buena, aunque no tan grande como el libro, pero se acerca a ella en esencia, eso es lo bueno...

Saludos!!

3:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La película la vi hace bastante tiempo y la verdad es que me gustó. Todavía me resulta extraño que pertenezca a Truffaut.

Por cierto, me parece tremendamente original y acertado el que, en una película que trata de una sociedad en la que está prohibida la lectura, los créditos aparezcan con voz en off en lugar de estar insertados de la manera tradicional.

Hmmm, ahora me apetece volver a verla.

Un saludo y mejórate.

5:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

De las que me quedan por ver de Truffaut (y son muchas) ésta es la que más ganas tengo de ver. Eso sí, creo que el calificativo que das de obra maestra a Los 400 golpes le viene enorme! (eso queda reservado en exclusiva pa Jules et Jim, ahi sí coincidimos)

6:57 p. m.  
Blogger M.M. said...

Vaya, Donnie, yo no he leído el libro, lo dejo en pendientes.

Buen apunte el de los créditos, Josmachine! No se me había ocurrido exponerlo en la entrada... gracias por reparar en él, gracias por tu amabilidad y vuelve a verlaa, que nunca está de más!!

Freddyvoorhees, a mí me parece incluso mejor "Los cuatrocientos golpes" que "Jules et Jim"... La encuentro tan tierna y emotiva... Bueno, sea como sea, de lo que no dudamos es de que Truffaut es uno de los grandes del Cine.

Saludos a todoss!!

9:33 p. m.  
Blogger Cowboy en paro said...

Pues yo debo ser mas raro que nadie porque esta no la he visto,jules et jim la detesto y sin embargo los cuatrocientos golpes es una de mis peliculas favoritas de todos los tiempos,siempre me he identificado con antoine doinel.

12:39 a. m.  
Blogger M.M. said...

Partiendo de que tanto "Jules et Jim" como "Los 400 golpes" me parecen obras exquisitas, también encuentro en "Los 400 golpes" ese algo de carisma aportado por Antoine que le falta a "Jules et Jim"; normal que luego no quede carisma para el cantante de los Answer, Marce... ;)

12:51 a. m.  
Blogger pirx said...

La vi de niño, en televisión hace muchos años. Hasta que no la conseguí en versión VHS no paré (Oh¡ el vídeo qué recuerdos). No sé lo que me fascinó, pero aun lo sigue haciendo. Cada vez que la veo me hipnotiza, no le encuentro explicación.

En cuanto a los "hombres libro" ¡No podría elegir! ¡Me volvería loco intentendo escoger!

12:04 a. m.  
Blogger Antonio Rando said...

Me encantó. Esa mezcla de ciencia-ficción añeja y defensa a ultranza del mundo de las letras. Entrañable me parece esa aldea apartada del prosaico mundo y poblada de personas-libro. También es interesante que desde “los malos” se articule un discurso destructivo, pero no falto de base racional y práctica, para justificar la aniquilación del libro; la escena del jefe de bomberos con el “Mein Kampf” en la mano es demoledora. Creo que la película, con esa defensa del libro, viene a ofrecer un canto al romanticismo que nos humaniza, en contra del pragmatismo exorbitado. Todos nos pondríamos del lado de esas personas-libro sin pensarlo un segundo, pero la justificación de los bomberitos no deja de ser inquietante. La mujer que arde en la pira de libros puede hacernos pensar: “que tendrán las páginas de estos libros que generan un amor tan desmesurado”, o “que droga fatal contendrán estas papelinas para crear tal dependencia y desesperación”. Pero en fin, como yo soy uno de los de las papelinas, romántico enfermizo, quiero que al palmar me incineren con mi biblioteca, o al menos con mi “Cumbres Borrascosas” o mi “Al Faro”, a ver si acabo en el otro mundo junto a alguna de estas dos; dos de mis amores platónicos. Desvarío.

Saludos, y me encanta tu blog. A seguir así.

11:11 a. m.  

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