pDAGMARA, LA SOMBRA DE SPIELBERG
No busquéis el nombre de Dagmara entre los títulos de las películas de Spielberg, tampoco entre los miembros del reparto de ninguna de ellas. Dagmara forma parte oculta de ambas sin llegar a ser ninguna...To Dagmara, you have been the most valuable help to me and this film and I am eternally grateful.
Your friend, Steven Spielly.
Precisamente eso es lo que Spielberg escribió a Dagmara como despedida en los márgenes de una fotografía. En ésta, aparecía Spielberg en primer plano, a su lado, la joven y bella Dagmara, y, enfrente, separados por una verja, varios actores embutidos en uniformes típicamente carcelarios.Dagmara trabajaba temporalmente como traductora en una oficina de Krakow. ¿Quién iba a decirle a esta inexperta estudiante de universidad que acabaría convirtiéndose en la sombra de Steven Spielberg y que pasaría a formar parte tácita de la construcción de una obra maestra!
Todo comenzó en una fiesta. Dagmara había estado traduciendo parte del guión de La lista de Schindler y, por ello, fue invitada a una cena donde acudirían los distintos miembros del equipo de la película. Cuando llegó, el productor corrió hacia ella y le dijo que tenía que hacer una traducción simultánea del discurso de apertura de Spielberg, ya que la chica encargada de ello no había podido acudir. Así pues, inesperadamente, Dagmara tenía que estrenarse como intérprete frente a centenares de personas.Confundió las fechas de la Segunda Guerra Mundial, pero eso no pareció importarle demasiado a Spielberg, quien, nada más finalizar el discurso, le ofreció ser su intérprete a lo largo del filme que iba a comenzar a rodarse en breve. Su misión consistía en comunicar las instrucciones de Spielberg a los actores polacos de modo que estos interpretaran cada gesto y cada palabra como el director indicaba.
Dagmara es sólo un ejemplo más de cuantos personajes permanecen camuflados entre la letra pequeña de los créditos de las películas, de aquellos que, aunque sin fama ni galardones, forman parte vital del armazón que las compone. Es también, por supuesto, paradigma de esperanza: nunca se sabe qué pueden depararte los hados o quién puede cruzarse en tu camino, que le sonrías y que, como en este caso, te devuelva la sonrisa.Etiquetas: Asuntos varios